La política por tramos
Muchos han sido los cuestionamientos respecto a la aprobación de la Ley del Referéndum Revocatorio por parte de los Senadores de PODEMOS, después que dicho proyecto de Ley fuera presentado en noviembre del 2007 por el Presidente Morales y aprobado en diciembre del mismo año por la bancada oficialista en la Cámara de Diputados.
Lo real, es que por un mínimo de honestidad intelectual, todos los analistas políticos; algunos serios y otros viejos políticos camuflados, deberían reconocer que se hemos logrado desnudar los mecanismos que hubiese utilizado el MAS para aprobar su proyecto de Constitución, si en cambio hubiésemos permitido la realización del Referéndum Dirimidor y Constituyente aprobados en el cerco al Congreso del 28 de febrero del 2008, mediante las Leyes 3836 y 3837.
Hoy el Presidente no estuviera festejando que ha comprado la otra mitad del pasaje, que ya compro en las elecciones de diciembre del 2005. Si no, estuviera festejando la “legalización” de un Proyecto de Constitución manchado en sangre; que divide a los bolivianos en clases sociales y categorías étnicas; que los Soviets Masistas a titulo de Control Social se constituyan en un suprapoder que pueda intervenir cualquier órgano público; que se creen las entidades territoriales indígenas originarias campesinas con autogobierno, autogestión y justicia comunitaria, desmembrando territorial, política, jurídica, económica y socialmente al país; que la justicia ordinaria sea administrada por los más votados, no por los más capaces y honestos, politizando la justicia; que se apruebe un régimen electoral provisional a su medida (por si este no estuviera suficientemente cuestionado) aprovechando su mayoría absoluta que tienen en el actual Congreso, constitucionalizando lo que hemos visto en estas elecciones; que libertad de prensa, la libertad de credo, el pluralismo político y la libertad económica estén restringidas como en Cuba.
Tampoco estaríamos festejando que “las políticas, las acciones y la gestión” de los Prefectos de Pando, Beni, Santa Cruz, Tarija hayan sido ratificadas y por ende sus Estatutos Autonómicos.
O mejor aún que el inventor se friegue con su invento y no sepan qué hacer con los resultados del Prefecto de Oruro, si aplicar la Ley o la Resolución de su empleado de la Corte Nacional Electoral.
Está claro también, que ahora el MAS pretenderá aprovechar su “masivo” fraude y aprobar su Proyecto de Constitución, pero todavía hay varios tramos que recorrer: la elección de los Prefectos en los Departamentos donde fueron revocados, la designación de los miembros del Tribunal Constitucional, Corte Nacional Electoral y Fiscal General de República, la realización de los Referéndums por Autonomía Departamental en Chuquisaca y ojala en Cochabamba.
Lo que ahora con evidencias podemos decir, Bolivia no puede ir a ninguna otro proceso electoral, mientras Jose Luis Exeni no renuncie, el padrón electoral, el registro civil y el sistema de identificación nacional sean auditados y los mecanismos de control electoral sean reforzados.
Y cuando Heinz Dietrich; politólogo alemán, ideólogo del “Socialismo del Siglo XXI” dice que el Referéndum Revocatorio “es una clara derrota del gobierno…”, nosotros creemos que tramo a tramo estamos deteniendo la implementación de un régimen de corte totalitario, comunista y con tinte fascista.
Lo real, es que por un mínimo de honestidad intelectual, todos los analistas políticos; algunos serios y otros viejos políticos camuflados, deberían reconocer que se hemos logrado desnudar los mecanismos que hubiese utilizado el MAS para aprobar su proyecto de Constitución, si en cambio hubiésemos permitido la realización del Referéndum Dirimidor y Constituyente aprobados en el cerco al Congreso del 28 de febrero del 2008, mediante las Leyes 3836 y 3837.
Hoy el Presidente no estuviera festejando que ha comprado la otra mitad del pasaje, que ya compro en las elecciones de diciembre del 2005. Si no, estuviera festejando la “legalización” de un Proyecto de Constitución manchado en sangre; que divide a los bolivianos en clases sociales y categorías étnicas; que los Soviets Masistas a titulo de Control Social se constituyan en un suprapoder que pueda intervenir cualquier órgano público; que se creen las entidades territoriales indígenas originarias campesinas con autogobierno, autogestión y justicia comunitaria, desmembrando territorial, política, jurídica, económica y socialmente al país; que la justicia ordinaria sea administrada por los más votados, no por los más capaces y honestos, politizando la justicia; que se apruebe un régimen electoral provisional a su medida (por si este no estuviera suficientemente cuestionado) aprovechando su mayoría absoluta que tienen en el actual Congreso, constitucionalizando lo que hemos visto en estas elecciones; que libertad de prensa, la libertad de credo, el pluralismo político y la libertad económica estén restringidas como en Cuba.
Tampoco estaríamos festejando que “las políticas, las acciones y la gestión” de los Prefectos de Pando, Beni, Santa Cruz, Tarija hayan sido ratificadas y por ende sus Estatutos Autonómicos.
O mejor aún que el inventor se friegue con su invento y no sepan qué hacer con los resultados del Prefecto de Oruro, si aplicar la Ley o la Resolución de su empleado de la Corte Nacional Electoral.
Está claro también, que ahora el MAS pretenderá aprovechar su “masivo” fraude y aprobar su Proyecto de Constitución, pero todavía hay varios tramos que recorrer: la elección de los Prefectos en los Departamentos donde fueron revocados, la designación de los miembros del Tribunal Constitucional, Corte Nacional Electoral y Fiscal General de República, la realización de los Referéndums por Autonomía Departamental en Chuquisaca y ojala en Cochabamba.
Lo que ahora con evidencias podemos decir, Bolivia no puede ir a ninguna otro proceso electoral, mientras Jose Luis Exeni no renuncie, el padrón electoral, el registro civil y el sistema de identificación nacional sean auditados y los mecanismos de control electoral sean reforzados.
Y cuando Heinz Dietrich; politólogo alemán, ideólogo del “Socialismo del Siglo XXI” dice que el Referéndum Revocatorio “es una clara derrota del gobierno…”, nosotros creemos que tramo a tramo estamos deteniendo la implementación de un régimen de corte totalitario, comunista y con tinte fascista.
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