La guerra del Evo
Esperemos que el Evo haya leído la historia, porque todo parece indicar que las circunstancias lo están obligando a tener dos frentes de batalla, en esta guerra que ha decidido encarar vanguardizando a los marginados de este país.
El primer frente parece más fácil que el segundo. El bloqueo nacional tiene aparentemente un vencedor y dos posibles perdedores. Evo ha ganado, porque una vez que los bloqueos se suspendan –con la ayuda de la suerte o nuestros acostumbrados bomberos- el habrá fortalecido su posición política; primera victoria.
Su victoria podría ser mucho más contundente si hubiese logrado lo que la oposición venezolana ha logrado, que es agrupar a los empresarios privados del país en este “paro nacional”, porque dicho sea de paso hasta ahora, el gobierno no ha resuelto el problema de la grave recesión económica que nos esta afectado, claro esta además de lanzar medidas financiadas con el dinero de otros; como el pago del Bonosol y el Seguro Universal Materno Infantil.
Los dos posibles perdedores, el país y el gobierno. El país porque el grado de avance del SIDA –léase crónica crisis económica- que tenemos no aguanta ni un resfrió más. El gobierno, porque aún después que ha regañadientes se acepto la tregua de 90 días –que han sido más de 180 días- planteada por ellos mismos, con su actitud desafiante y bravucona que desplegó en los medios de comunicación los días antes al bloqueo, ha demostrado una incapacidad del manejo de los conflictos, cometiendo errores inaceptables, entre otros como intervenir a los rentistas provocando la muerte de muchos de ellos y violar la autonomía universitaria; y no importa si son troskos o liberales los universitarios que hacen uso de las reglas de la democracia, eso es simplemente inaceptable.
En todo caso, Evo tiene que entender que en Bolivia hemos elegido a la democracia como instrumento para gobernar nuestro país y que no aceptamos que se atente contra ella a titulo de las “reivindicaciones sociales” y por estrategia de posicionamiento político.
El segundo frente de batalla del Evo es mucho más peligroso, porque parece ser una cuestión de “ser o no ser”. Me explico, Evo hasta ahora se ha caracterizado por ser un dirigente sindical cocalero con mucho éxito y cuya fama ha contagiado a algunos sectores a verlo con ojos de líder natural. La batalla que esta librando el Evo, es si sus decisiones van ha dar la talla de un líder o continuara siendo un caudillo. Para ser lo primero necesita dar claros mensajes a los sectores que dice representar que esta dispuesto a compartir el liderazgo con mandos intermedios y entender –lo que algunos dirigentes políticos nacionales no han entendido- que el éxito de un líder no es, estar en cada uno de los escenarios, sino tener la capacidad de reproducirse y que el éxito de sus mandos medios es el éxito de él. Esta frente de batalla no tiene tiempo, por eso es más peligroso.
Parece que en los próximos días estaremos viviendo anticipadamente lo que nos depara el 2004 en el ámbito político, o el MAS es más o es menos, por lo menos la historia cuenta que quienes abrieron dos frentes de batalla perdieron sus guerras.
La gran pregunta, que deberíamos hacernos, es si la guerra del Evo no es más que una guerra que ni siquiera es nuestra y tiene más que ver con la intención no develada de dos bloques económicos por marcar el territorio donde el Euro o el Dólar marquen su dominio, en un ambiente –como el Latinoamericano- que se muestra como excelente caldo de cultivo para una reconfiguración geopolítica y económica del mundo.
Es necesario que nuestra clase política entienda que tenemos dos posiciones y un país en medio. Que la solución a nuestros problemas, ya no es solo un problema de Bolivia y que si fuéramos un poquito más atrevidos alzaríamos nuestra voz en forma conjunta contra este modelo que ha demostrado que “el desarrollo” solo ha servido para marcar más la diferencia entre los países que concentran las riquezas y los países pobres. Y que el problema de la coca no es un problema en si, el problema pasa por generar mejores condiciones de vida para los marginados y eso no se resuelve con una intervención armada ni con un bloqueo.
El primer frente parece más fácil que el segundo. El bloqueo nacional tiene aparentemente un vencedor y dos posibles perdedores. Evo ha ganado, porque una vez que los bloqueos se suspendan –con la ayuda de la suerte o nuestros acostumbrados bomberos- el habrá fortalecido su posición política; primera victoria.
Su victoria podría ser mucho más contundente si hubiese logrado lo que la oposición venezolana ha logrado, que es agrupar a los empresarios privados del país en este “paro nacional”, porque dicho sea de paso hasta ahora, el gobierno no ha resuelto el problema de la grave recesión económica que nos esta afectado, claro esta además de lanzar medidas financiadas con el dinero de otros; como el pago del Bonosol y el Seguro Universal Materno Infantil.
Los dos posibles perdedores, el país y el gobierno. El país porque el grado de avance del SIDA –léase crónica crisis económica- que tenemos no aguanta ni un resfrió más. El gobierno, porque aún después que ha regañadientes se acepto la tregua de 90 días –que han sido más de 180 días- planteada por ellos mismos, con su actitud desafiante y bravucona que desplegó en los medios de comunicación los días antes al bloqueo, ha demostrado una incapacidad del manejo de los conflictos, cometiendo errores inaceptables, entre otros como intervenir a los rentistas provocando la muerte de muchos de ellos y violar la autonomía universitaria; y no importa si son troskos o liberales los universitarios que hacen uso de las reglas de la democracia, eso es simplemente inaceptable.
En todo caso, Evo tiene que entender que en Bolivia hemos elegido a la democracia como instrumento para gobernar nuestro país y que no aceptamos que se atente contra ella a titulo de las “reivindicaciones sociales” y por estrategia de posicionamiento político.
El segundo frente de batalla del Evo es mucho más peligroso, porque parece ser una cuestión de “ser o no ser”. Me explico, Evo hasta ahora se ha caracterizado por ser un dirigente sindical cocalero con mucho éxito y cuya fama ha contagiado a algunos sectores a verlo con ojos de líder natural. La batalla que esta librando el Evo, es si sus decisiones van ha dar la talla de un líder o continuara siendo un caudillo. Para ser lo primero necesita dar claros mensajes a los sectores que dice representar que esta dispuesto a compartir el liderazgo con mandos intermedios y entender –lo que algunos dirigentes políticos nacionales no han entendido- que el éxito de un líder no es, estar en cada uno de los escenarios, sino tener la capacidad de reproducirse y que el éxito de sus mandos medios es el éxito de él. Esta frente de batalla no tiene tiempo, por eso es más peligroso.
Parece que en los próximos días estaremos viviendo anticipadamente lo que nos depara el 2004 en el ámbito político, o el MAS es más o es menos, por lo menos la historia cuenta que quienes abrieron dos frentes de batalla perdieron sus guerras.
La gran pregunta, que deberíamos hacernos, es si la guerra del Evo no es más que una guerra que ni siquiera es nuestra y tiene más que ver con la intención no develada de dos bloques económicos por marcar el territorio donde el Euro o el Dólar marquen su dominio, en un ambiente –como el Latinoamericano- que se muestra como excelente caldo de cultivo para una reconfiguración geopolítica y económica del mundo.
Es necesario que nuestra clase política entienda que tenemos dos posiciones y un país en medio. Que la solución a nuestros problemas, ya no es solo un problema de Bolivia y que si fuéramos un poquito más atrevidos alzaríamos nuestra voz en forma conjunta contra este modelo que ha demostrado que “el desarrollo” solo ha servido para marcar más la diferencia entre los países que concentran las riquezas y los países pobres. Y que el problema de la coca no es un problema en si, el problema pasa por generar mejores condiciones de vida para los marginados y eso no se resuelve con una intervención armada ni con un bloqueo.
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