AHORA LA ASAMBLEA TIENE EL RETO DE RECUPERAR LA CREDIBILIDAD CIUDADANA

Constituyente logra, en consenso, reformar su sistema de votación
El nuevo artículo respeta la mayoría absoluta del MAS, pero lo obliga a consensuar para aprobar el nuevo texto constitucional por dos tercios

Sucre/Grupo Líder

Una solución salomónica llegó a la Asamblea Constituyente. Un nuevo artículo, que no dejó plenamente de acuerdo a ninguna de las fuerzas, posibilitó proseguir con la discusión. Ayer se aprobó el nuevo sistema de votación y se consiguió cambiar el artículo 70 con el 81% de los votos de los presentes.

Como en todas las sesiones de la Constituyente, el ambiente comenzó tenso, con los aliados del Movimiento Al Socialismo pidiendo comprobación nominal del voto emitido el martes pasado y con la oposición refutando legalmente la solicitud.
En la plenaria se escucharon viejos y nuevos insultos de uno y otro lado. Una constituyente de Podemos afirmó que Román Loayza no estaba en sus cabales y que Mirtha Jiménez vivía equivocándose; Orlando Ceballos nuevamente salió a favor del MAS con críticas a Podemos, pero los asambleístas de esta fuerza se apresuraron a recordarle que su partido, el MBL, ya desapareció; y no faltaron las críticas a Álvaro Azurduy (Podemos), quien fue calificado por uno de sus compañeros como “vasallo aliado”, porque presentó el pedido de comprobación nominal que reclamaba el MAS.

Mientras los asambleístas de base se enfrascaban en una discusión estéril, los jefes se dieron cuenta de que era la última oportunidad para negociar y acercar sus posiciones. Todo comenzó con una llamada del jefe emenerrista, Guillermo Richter, a volver a la mesa de negociaciones. Luego, la actuación de los vicepresidentes Roberto Aguilar (MAS) y Ricardo Cuevas (Camino Al Cambio) fue decisiva para idear una solución salomónica: incorporar la consideración de los informes de mayorías y minorías y respetar la mayoría absoluta del MAS, pero obligarlo a concertar la nueva Constitución por dos tercios porque, de lo contrario, se irá a las urnas a votar dos constituciones.

A las 19:30, cuando los ánimos ya estaban a punto de desbordarse en la sesión, los vicepresidentes volvieron a la testera y convencieron a la Presidenta para que dictara un cuarto intermedio en el afán de convencer a todas las fuerzas políticas. Silvia Lazarte aceptó suspender la sesión por 15 minutos, pero lograr consenso demoró casi tres horas, tiempo suficiente para que cada jefe de brigada departamental del MAS reúna a sus asambleístas y los convenza de votar por lo concertado. Lo mismo sucedió en Podemos y con el resto de las fuerzas.
Antes de reinstalar la plenaria ya existía una nueva redacción oficial que finalmente se aprobó. Las comisiones emitirán informes por mayoría y minoría, pero sólo el de la mayoría formará parte del texto en grande y deberá tramitar los dos tercios en detalle. Es decir, el MAS tendrá desde el 1 de mayo hasta el 2 de julio para convencer al resto de los asambleístas de aprobar su proyecto de Constitución. Si no lo logra, el informe de minorías resurgirá en la Comisión de Concertación con el riesgo de llegar hasta la consulta ciudadana, abriendo la posibilidad de que se voten dos constituciones. Con ello, se invierte el ultimátum: antes, el MAS era el que daba el plazo a la oposición para aprobar todo por dos tercios hasta el 2 julio. Ahora, el reto es del oficialismo.

Como la noticia del acuerdo circuló con rapidez, cuando se volvió a la sesión
había dos asambleístas más de los que dejaron la sala (247 representantes presentes). Allí, Aguilar explicó los procedimientos a seguir y la plenaria aprobó por 91% de los presentes una resolución que autorizaba a la directiva a presentar una propuesta sin respetar los plazos y los procedimientos. Luego, se dio lectura al nuevo artículo 70 y se procedió a votar: 201 asambleístas votaron por el sí, 17 por el no, 19 se abstuvieron y 10 no votaron. Ahí estalló la celebración: oficialistas y opositores aplaudieron y, antes de abandonar el Gran Mariscal, entonaron el Himno Nacional.
Afuera del hemiciclo, Román Loayza se reía de quienes le dijeron que “no estaba en sus cabales” y se confesaba satisfecho de que su propuesta haya sido la base para el acuerdo. Pidió a toda la población apoyar a los asambleístas para que exista acuerdo y se elabore una nueva Constitución hasta el 6 de agosto.

A su turno, Jorge Lazarte (UN) calificó de sensato el acuerdo al señalar que es lo más lógico que sólo un informe vaya en el texto para la aprobación en grande, ya que no es normal aprobar un proyecto de ley con disyuntivas. Richter recordó que él nunca perdió la voluntad de negociar y que ahora, lo que toca es recuperar la credibilidad del pueblo, perdida durante seis meses de tensas deliberaciones.
Samuel Doria Medina (UN) repitió su frase ya patentada: “Es difícil construir puentes”. Se refería a las críticas recibidas en la jornada pasada. Pero también hubo disconformes. Rubén Darío Cuéllar dijo que pese a que Podemos votó a favor de la modificación, no era lo que buscaban; sin embargo, el recuperar “esas palabritas” (mayorías y minorías), fue suficiente para aceptar el ofrecimiento. Los que votaron en contra y se oponen a lo hecho ayer fueron los de Autonomía Para Bolivia (APB). En opinión de Mariano Aguilera, al final se aprobará la Constitución del MAS porque prevalecerán los informes de mayoría. Así, los asambleístas fueron abandonando el hemiciclo y como cuando hay acuerdos da ganas de trabajar, hoy volverán a las sesiones desde reglamento de sanciones, el cronograma de actividades de las comisiones y temas administrativos. Luego, el festejo por el acuerdo se extenderá en Carnaval a todo el país.

ARTÍCULO 70 CONSENSUADO

Comisiones: El informe final de comisiones será aprobado por mayoría absoluta.

En Grande: El primer borrador de la nueva Constitución será votado por mayoría absoluta. En Detalle: Los artículos serán aprobados por dos tercios hasta el 2 de julio. Los aprobados pasarán a la Comisión de Redacción y Estilo. Disensos: En caso de existir artículos de los informes de mayoría y minoría que no alcancen los dos tercios, pasarán a la Comisión de Concertación, que estará integrada por la directiva, jefes de bancada y presidentes de comisiones en cuestión, respetando el criterio de mayorías y minorías. Esta comisión enviará un informe de los consensos a la plenaria para que los apruebe por dos tercios.

Consulta: Si los artículos en disenso no alcanzan dos tercios en la plenaria pasarán a una consulta ciudadana.
Revisión: El proyecto completo de la nueva Constitución Política del Estado será aprobado por dos tercios.

Autonomías: Se incorporan los términos del inciso tercero de la Resolución de la plenaria del 21 de diciembre de 2006, que expresa que respetará los resultados del referéndum autonómico del 2 de julio de 2006.

AL FINAL HUBO SATISFACCIÓN

Samuel Doria Medina (UN). “Finalmente se cierra la etapa difícil de la Asamblea, creo que si se seguía con el artículo 70 era el último día de la Asamblea, ha hecho entrar en razón a muchos constituyentes y hemos tenido como resultado un nuevo artículo que se ha aprobado de manera expedita con los dos tercios sin grandes cambios al que teníamos ayer, pero se cierra la etapa del proyecto hegemónico que quería el MAS y empieza la etapa de la concertación. Ahora hay que trabajar en la concertación, dejar la confrontación y pasar a la concertación. Construir puentes no es fácil, cuando hay desconfianza, separación, alguien tiene que dar el primer paso, lo dimos y el resultado lo vemos ahora. Al principio no se reconoce que alguien dé el primer paso”.

Guillermo Richter (MNR). “No quiero hablar del pasado, lo bueno es lo que hemos vivido hoy. Independientemente de las interpretaciones que se hagan creo que la Asamblea tiene que estratégicamente apuntar a recuperar la credibilidad ciudadana. Lo que sucedió tiene luces y sombras, nunca perdimos la voluntad de negociar, de concertar, ahora hay que trabajar y trabajar”.

Mirtha Jiménez (MAS). “Ahora no hay ningún pretexto más para construir una Constitución, esperemos que en ese marco también la oposición entienda que debe hacer un esfuerzo por construir una sola Constitución. Fue una propuesta de las minorías esencialmente del MNR, Camino Al Cambio y Alianza Social y algunos grupos más que nos pidieron que incluyamos sólo el término de respeto a las minorías. Se incluyó y se hizo una primera reunión y después la directiva construyó el artículo. Hemos hecho todos los esfuerzos”.

Gamal Serham (Podemos). “La inclusión de minorías es el principio al respeto a la pluralidad que sin duda se había expresado eso en los dos tercios. Ha sido una decisión de bancada, ha sido una decisión unánime, todas nuestras decisiones siempre son discutidas, hay muchas posiciones personales, pero lo que siempre se ha buscado garantizar es que la aparente división nunca existió, lo que existe es el principio democrático de disentir”.

Mariano Aguilera (APB). “El tiempo es el mejor amigo de la verdad. Se va a aprobar la Constitución del MAS porque en grande, se va a aprobar el informe de la mayoría por mayoría absoluta, el de las minorías no va a ser aprobado. Ahí comenzará el primer conflicto y el primer programa en la Constitución. Dicen que han cedido en dos tercios y autonomías pero no hay ninguna cesión porque ya hay el referéndum y la ley de convocatoria en esos ámbitos que dicen haber cedido. A la comisión de concertación pasarán informes de mayorías y minorías, pero esa comisión no tiene poder de decisión, es otra trampa. Después de eso van a pasar por dos tercios al referéndum, sin embargo, ¿cuál va a pasar? Sólo el informe y la Constitución del MAS, el informe de minoría quedará archivado”.

Rubén D. Cuelar (Podemos). “No eran unas palabritas que les habían quitado al texto, esas palabritas tuvieron que retornar al texto. Este texto aprobado no es el ideal, subsisten varias preocupaciones, dudas, pero es un texto que incorpora la presencia de las minorías no sólo en comisiones, sino a lo largo de todo el proceso constitucional. Lo ideal era mantener aquel principio de que los dos tercios se mantienen hasta el final y si algo no ingresa por dos tercios no merece la pena estar en la Constitución. La consulta al ciudadano podría modificar esa situación, particularmente, no estoy seguro si eso sea correcto porque el ciudadano no eligió para que hagamos un proyecto terminado y no lo dejemos a medias y lo consultamos nuevamente”.

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