Y nos dieron las diez
El título refleja la canción del gran compositor Joaquín Sabina, pero hoy no vamos a hablar de música sino del ultimátum del MAS al Congreso Nacional, diciendo que a las doce de la noche del 8 de abril, todos los parlamentarios (Senadores y Diputados) del Movimiento al Socialismo iban a cesar en sus funciones y de esa manera se cerraría al Poder Legislativo, si la oposición no accedía a aprobar el Proyecto de Ley del Nuevo Régimen Electoral (transitorio) para las elecciones del 6 de diciembre del 2009 y 4 de abril del 2010.
“Y nos dieron las diez y las once, las doce y la una, y las dos y las tres” y NADA. Los parlamentarios que bravuconamente había desafiado (como su socio Carlos D. Mesa) en renunciar a sus cargos; algunos argumentando su vocación “patriótica” u otros indicando que era una instrucción de su jefe Evo Morales, demostraron que no solo eran uno mentirosos sino además demagogos pues NINGUNO renuncio.
Algunos tuvieron la sinvergüenzura de decir que no habían hecho efectiva su renuncia “porque permanecía vigente la esperanza en el trabajo de la Comisión de Concertación del Congreso”. Lo que nunca quisieron explicar, es que en el fondo el partido de gobierno quería aprobar una ley hecha a su medida.
Con un árbitro, cuya imparcialidad está en duda y que la ciudadanía desconfía de su principal instrumento –léase Padrón Electoral- para administrar los siguientes procesos electorales. El colmo fue que el Presidente de la Corte Nacional Electoral nos dijo en la cara de todos los bolivianos que se puede realizar un empadronamiento en el exterior en 13 países (diferentes regiones al interior de estos) con 200 Notarios Electorales a ser contratados y entrenados, a cerca de 300,000 bolivianos residentes en el exterior a través de un sistema biométrico, con un costo de 10 millones de dólares, y que en Bolivia con 4,000 Notarios Electorales capacitados con un costo de 8 millones de dólares no se puede re-empadronar a 3’000,000 de bolivianos.
Con una composición de la Asamblea Legislativa Plurinacional, donde el 38% de la población boliviana asentada en las áreas rurales tenga el 67% de la representación legislativa y el 62% de la población boliviana asentada en las áreas urbanas solo tendría el 33% de representantes. Adivinó, la ecuación está planteada así porque el partido de gobierno a través de su dictadura sindical y el voto corporativo tiene el control en las áreas rurales del país.
Con unas circunscripciones especiales indígena originaria campesinas, que a pesar que su forma de elección sea igual a la de las circunscripciones uninominales, se descuenten de las diputaciones plurinominales robándole a las minorías políticas y a sus votantes estar representados en el Órgano Legislativo Nacional. Todo como parte de un diseño de copamiento de poder corporativizando la selección de los candidatos indígena originaria campesinos a través del CONAMAQ, CIDOB y CSTUB. Además de no respetar lo establecido en el artículo 146 que estas circunscripciones “…se establecerán solamente en el área rural, y en aquellos departamentos en los que estos pueblos y naciones indígena originario campesinos constituyan una minoría poblacional” y “…se regirán por el principio de densidad poblacional en cada departamento” con lo que solo Beni, Santa Cruz y Tarija tendría derecho a 1,2 y 1 circunscripciones especiales respectivamente.
Con un periodo de gobierno de 5 años 7 meses, cuando la Nueva Constitución establece que el periodo de mandato del siguiente gobierno es de 5 años.
Con una restricción de financiamiento a las diferentes fuerzas políticas y permitiendo que el partido de gobierno utilice todos los recursos públicos para hacer propaganda y proselitismo político.
Para terminar, el Presidente Evo Morales se declara en huelga de hambre -¿será que está en huelga de hambre?- develando el profundo miedo a ser reelecto en las elecciones de diciembre de este año sin torcer la ley. Miedo, si mucho miedo por haberse convertido en el gobierno del narcoliberalismo, del contrabando y de la corrupción.
“Y nos dieron las diez y las once, las doce y la una, y las dos y las tres” y NADA. Los parlamentarios que bravuconamente había desafiado (como su socio Carlos D. Mesa) en renunciar a sus cargos; algunos argumentando su vocación “patriótica” u otros indicando que era una instrucción de su jefe Evo Morales, demostraron que no solo eran uno mentirosos sino además demagogos pues NINGUNO renuncio.
Algunos tuvieron la sinvergüenzura de decir que no habían hecho efectiva su renuncia “porque permanecía vigente la esperanza en el trabajo de la Comisión de Concertación del Congreso”. Lo que nunca quisieron explicar, es que en el fondo el partido de gobierno quería aprobar una ley hecha a su medida.
Con un árbitro, cuya imparcialidad está en duda y que la ciudadanía desconfía de su principal instrumento –léase Padrón Electoral- para administrar los siguientes procesos electorales. El colmo fue que el Presidente de la Corte Nacional Electoral nos dijo en la cara de todos los bolivianos que se puede realizar un empadronamiento en el exterior en 13 países (diferentes regiones al interior de estos) con 200 Notarios Electorales a ser contratados y entrenados, a cerca de 300,000 bolivianos residentes en el exterior a través de un sistema biométrico, con un costo de 10 millones de dólares, y que en Bolivia con 4,000 Notarios Electorales capacitados con un costo de 8 millones de dólares no se puede re-empadronar a 3’000,000 de bolivianos.
Con una composición de la Asamblea Legislativa Plurinacional, donde el 38% de la población boliviana asentada en las áreas rurales tenga el 67% de la representación legislativa y el 62% de la población boliviana asentada en las áreas urbanas solo tendría el 33% de representantes. Adivinó, la ecuación está planteada así porque el partido de gobierno a través de su dictadura sindical y el voto corporativo tiene el control en las áreas rurales del país.
Con unas circunscripciones especiales indígena originaria campesinas, que a pesar que su forma de elección sea igual a la de las circunscripciones uninominales, se descuenten de las diputaciones plurinominales robándole a las minorías políticas y a sus votantes estar representados en el Órgano Legislativo Nacional. Todo como parte de un diseño de copamiento de poder corporativizando la selección de los candidatos indígena originaria campesinos a través del CONAMAQ, CIDOB y CSTUB. Además de no respetar lo establecido en el artículo 146 que estas circunscripciones “…se establecerán solamente en el área rural, y en aquellos departamentos en los que estos pueblos y naciones indígena originario campesinos constituyan una minoría poblacional” y “…se regirán por el principio de densidad poblacional en cada departamento” con lo que solo Beni, Santa Cruz y Tarija tendría derecho a 1,2 y 1 circunscripciones especiales respectivamente.
Con un periodo de gobierno de 5 años 7 meses, cuando la Nueva Constitución establece que el periodo de mandato del siguiente gobierno es de 5 años.
Con una restricción de financiamiento a las diferentes fuerzas políticas y permitiendo que el partido de gobierno utilice todos los recursos públicos para hacer propaganda y proselitismo político.
Para terminar, el Presidente Evo Morales se declara en huelga de hambre -¿será que está en huelga de hambre?- develando el profundo miedo a ser reelecto en las elecciones de diciembre de este año sin torcer la ley. Miedo, si mucho miedo por haberse convertido en el gobierno del narcoliberalismo, del contrabando y de la corrupción.
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