Y ahora, ¿a quién le echamos la culpa?

Seguramente esa debe ser la principal preocupación que comparten miembros del gobierno nacional, departamental y municipal, y los ejecutivos de los diferentes sectores sociales que abiertamente manifestaron su apoyo incondicional a Evo Morales y al proceso de cambio. Y ahora, ¿a quién le echamos la culpa?

¿A quién le echamos la culpa de la subida de la gasolina? A los miles de bolivianos que se benefician de contrabandear (exportar sin pagar impuestos, generando grandes ingresos para ellos y divisas para el país) a los países vecinos gasolina en botellitas de Coca Cola pegadas a sus cuerpos. A la incapacidad de la Aduana Nacional o del COA, o mejor de la Policía Boliviana o del Comando Conjunto a la cabeza de Juan Camión Quintana. A los neoliberales del pasado que osaron subvencionar los precios de los carburantes para evitar una presión inflacionaria sobre los alimentos básicos de la canasta familiar.

¿A quién le echamos la culpa de la subida del precio del azúcar? A los miles de pequeños comerciantes que gracias al libre mercado llevan el pan día a día a sus hogares. A los incapaces de EMAPA que en vez de ayudar a bajar el precio, de manera espectacular contribuyeron a la subida de más del 100%, monopolizando la comercialización del producto, “beneficiando” a algunos militantes del proceso de cambio. O a los productores de azúcar, que “engañaron al gobierno al no avisarle que la producción había mermado en un 30% y seguían exportando” según el aún Vicepresidente.

¿A quién le echamos la culpa de la subida del pollo? A los productores de granos que disminuyeron su producción, primero porque les prohibieron la exportación de los productos con valor agregado, segundo por la inseguridad jurídica de sus tierras y tercero por los constantes ataques a los productores agropecuarios. A los productores de pollos, por no haber informado al gobierno de la escasez de alimentos para sus pollos (aunque creo q lo hicieron reiteradamente). Al Presidente –ups creo que a él no le podemos echar la culpa- por haber dicho que comer los pollos alimentados con hormonas femeninas causa la homosexualidad, generando una baja expectativa de compra por lo que se redujo la producción.

¿A quién le echamos la culpa del alza de las tarifas del transporte? A los transportistas insensibles que desde hace más de 10 años no incrementan sus pasajes y han traicionado el proceso de cambio. Al gobierno insensible que no autoriza el incremento; a pesar que su propio estudio indica que hay razones de sobra para hacerlo, que cree que las familias de los transportistas se alimentan de gas natural vehicular (GNV). A los gobiernos municipales –en especial a los opositores- que no hacen nada para controlar la subida de los pasajes.

Y ¿porque la misma pregunta se repite en todo lado? Porque los maestros, fabriles, mineros, campesinos e indígenas son parte de este gobierno. Ya sea en la Asamblea Legislativa Plurinacional domo Diputados o Senadores, en el Órgano Ejecutivo Nacional como Ministros o Viceministros, o en algún gobierno departamental o municipal como Asambleísta Departamental o Concejal.

Echarle la culpa a los de antes sirve por un tiempo, pero hasta por ahí nomás. Entonces ahora no saben si echarse la culpa a unos o a otros, porque finalmente pertenecen a los mismos sectores sociales que llegaron al poder –aunque no estoy seguro de eso- para no irse de palacio. Y ahora ¿a quién le echamos la culpa?

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