La justicia al servicio del poder político

La justicia siempre se ha representado por una mujer con los ojos vendados, una balanza en una mano y una espada en la otra. Los ojos vendados simboliza que no tiene favoritismos por nadie, la balanza es que sus decisiones se basan en hechos y la espada el vigor con el cual se debe implementar sus resoluciones.

Uno de los anhelos más importantes de nuestra sociedad ha sido mejorar la calidad de la administración de justicia. Una de las principales causas a la cual se ha atribuido la ineficiencia del sistema judicial, fue al alto grado de politización de este órgano de poder público.

Varios han sido los esfuerzos por mejorar la calidad de este órgano, sin comprender que difícilmente se lograra este objetivo si no se avanza en que la administración de este importante órgano se rija en los principios de meritocracia y autonomía financiera.

Lamentablemente, hoy se pretende coptar este órgano que debería de gozar de independencia a través de un reglamento aprobado por la mayoría oficialista que condicionara la elección de los magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional, Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Agroambiental y los miembros del Consejo de la Magistratura.

El Tribunal Supremo de Justicia es la última instancia de apelación de la jurisdicción ordinaria, el Tribunal Agroambiental es el máximo tribunal especializado de la jurisdicción agroambiental, el Consejo de la Magistratura es la instancia responsable del régimen disciplinario de la jurisdicción ordinaria, agroambiental y de las jurisdicciones especializadas y el Tribunal Constitucional Plurinacional vela por la supremacía de la Constitución, ejerce el control de constitucionalidad, y precautela el respeto y la vigencia de los derechos y las garantías constitucionales.

Como usted verá no es poca cosa las autoridades que el poder político pretende designar a través de un mecanismo pseudo-democrático. Y ahora, ¿quién podrá defendernos?. Lamentablemente no habrá Chapulin Colorado, porque ahora estaremos sujetos al monopolio legal de Evo Morales quien concentrará como nunca en la historia del país el poder total del Estado Plurinacional.

Muy lejos estaremos de esa figura que simboliza la imparcialidad, la ecuanimidad y el respeto a la ley. Ahora que los miembros de estos tribunales estarán en manos de militantes del proceso de cambio –camuflados o no- que definirán en última instancia el apego a la Constitución y las leyes de los ciudadanos (gobernantes y gobernados).

Lo que me parece más grave todavía es que sin entender el fondo del problema, los medios de comunicación están distraídos en una discusión estéril, sobre si les permitirán o no informar sobre los candidatos. De qué sirve informar sobre los candidatos, si todos estos serán militantes “encubiertos” del proceso de cambio. O para ser más claro, los bolivianos –con información o sin información- tendremos que “elegir” entre candidatos patrocinados por el Movimiento al Socialismo.

Los opositores al régimen de Evo Morales, correremos una suerte muy similar a la de Leopoldo Fernandez que está preso desde hace más de dos años y medio sin que hasta el día de hoy medie imputación formal (en cristiano, sepa de que se lo está acusando).

La única verdad es que la justicia estará sometida al servicio del poder político –hoy en manos del MAS- y que los ciudadanos estaremos librados a nuestra fortuna.

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